Continuando mi andadura por el valle del río Piron y su afluente, el río Viejo, bajo de la Torca y sigo caminando río arriba por el valle del río Viejo, me sigue acompañando mi amiga la Dama Soledad, tan silenciosa como siempre, diría que es tan silenciosa como el olor de una rosa, pero me hace compañía en estos parajes tan solitarios, ya a lo lejos veo El Rincón de Máximo, no es simplemente un lugar algo diferente a las demás laderas que se encuentran en su alrededores, que lo es, es inconfundible el lugar entre tanto secarral, los almendros delatan el esfuerzo de Máximo por crear en esas laderas tan áridas un vergel, que lo fue, según me contaron los más viejos a los que más tarde pregunté, según me dijeron hasta un estanque tenía lleno de peces de colores, pero el tiempo y la falta de atenciones y cuidados, después de su marcha, pasan factura.
Paseo por esos senderos respetuosamente, entre esos almendros, y alguna que otra zona más verde cerca de una fuente, no muy lejos de allí, donde algún frutal y los nogales crecen con lentitud, me adentro en las ruinas, creo que aun queda impregnado en cada rincón de ese lugar el espíritu del señor Maximo que allá por los años cincuenta se retiró a ese lugar a habitar en una pequeña cueva que poco a poco habilitó para vivir, cientos de preguntas me machacan sobre su historia.
¿Por qué elegiría una vida así? También, a buen seguro, tendría una amiga llamada Soledad con quien charlar para nunca encontrar respuesta alguna.
Y con mis pensamientos, bajo esa ladera en busca del silencioso aún, río Viejo, vuelvo a andar lo andado, es un paseo agradable, dejo atrás la Torca, la cueva del Moro, y llego de nuevo al río Piron esta vez por el otro margen, bordeando el Cerro de la Sota, un asentamiento prerromano defendido por un foso escavado en la roca, junto al cual se encuentra un fresno impresionante. Me dirijo de nuevo hacia Covatillas, a veces, por el margen del río, admirando esos vetustos y arrugados árboles, y otras por el camino entre las encinas, me acerco a las ruinas del palomar que veo en la ladera, echo una mirada al interior, me impresiona su arquitectura, sus nidales, ahora vacíos, dan cierta nostalgia, los tiempos cambian, pero... ¿a mejor?
Sigo un camino entre encinas y al lado del río que llevará a las ruinas del molino, su imagen no me deja indiferente, las paredes exteriores derrumbadas dejan ver sus entrañas, su maquinaria inerte, sorda, ya no muelen pan desde hace muchos años, ¡cuanto ingenio derrochado! y nos creemos en la actualidad que inventamos algo sobre la energía limpia... ¿estará todo escrito?
De vuelta al lugar de inicio de mi excursión, estos lugares me dan que pensar en el devenir la historia de Covatillas y la atracción que ejerció para el hombre desde los principios de la historia, en ella se asentaron las gentes del neolítico hace ya seis mil años en la cueva de la Vaquera, siguieron poblando este paraje en la edad del bronce, más tarde los hombres de la cultura del hierro en el Cerro de la Sota y el Cerro de Castrejón, ¿llegaron los romanos a este lugar? Creo que también, ya en nuestra era, por el siglo XIV, se construyó el puente tan magnifico que uniría la zona del nordeste segoviano con la capital y daría vida en ese siglo al lugar, le seguirían en el tiempo el molino, el palomar y, poco más tarde, el abandono, ¡que extraño es el humano! Redecoran con los mismos muebles y les cambian de lugar una y otra vez en busca de que se yo qué, la naturaleza, en cambio, sigue sus pautas, su creación, poco a poco, siglo a siglo, milenio a milenio, no tiene prisa por nada, sabe bien que es la única que perdurará en este, como en cualquier otro lugar, brindándonos estos bellos rincones y todo a cambio de un poco de respeto.
Para ver mas
http://www.conocetucomarca.com/2009/06/como-desde-siempre-penarubias.htmlhttp://www.conocetucomarca.com/2009/07/navegando-por-el-rio-piron-romeria-de.html
http://www.conocetucomarca.com/2012/01/covatillas-un-lugar-de-historia-y.html
2 comentarios:
Mientras recorres con Soledad esos parajes de ensueño y tan queridos por mí, yo rememoro su Historia.
En La Vaquera, donde te encuentras, estás pisando el Neolítico Final del siglo IV antes de Cristo. Y curiosamente, su cerámica guardan relación con las encontradas en La Dehesilla (Cádiz)del Neolítico Medio, aunque las tuyas ya definen dos procesos de cocción diferentes.
Pregunta por el hacha de fibrolita de La Vaquera, porque es uno de útiles pulimentados más originales de la Península.
Oye, que te queremos¡¡
Syr,,la cueva de la Vaquera,estuvo a punto de quedar sumergida por un pantano que querían hacer en ese lugar,y viendo lo que se avecinaba hicieron prospecciones arqueológicas,algo he leído sobre el tema,pero nada sobre tu citada hacha,
indagaré sobre el tema,
Antes ya recorrí esa cueva,que tiene dos bocas de entrada,la boca arqueológica estaba cerrada,por desprendimientos desde hace siglos,ese desprendimiento taparía en buena parte la vida cotidiana,que se haría en la boca ,pues en el interior se encuentra la necrópolis,que fue la que se estudió,
Un saludo Esca
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