Hace ya algunos años, de joven, conocí las labores del campo, esa tierra nuestra, desagradecida a veces, pero cuya cosecha es siempre bienvenida. Llegué en su momento, entre otras cosas, a sacar patatas ayudado por una pareja de machos cuidados con el rigor y el trato que merecían, no se podían desatender, eran como algo más formando parte de la casa y pertenecientes a ella, con nombres propios, el Siete Monedas, el Altanero... El trío o cuarteto se complementaba con el compañero y amigo fiel, el perro, pasaron unos cuantos por casa, el Rubio, el Tony, el Turco, el Sandro, todos ellos llorados en su muerte. Recuerdo esas tardes en el campo ayudando en lo que se podía, patatas pequeñas a un lado y patatas grandes a otro, todo era producto de una labor, de un esfuerzo, de un entendimiento de la tierra que sentíamos a nuestros pies. El abandono de las tierras llegó para mi buscando otro futuro, allí quedaron los que innovaron en maquinaria.
Un día que recuerdo en la memoria es de San Isidro, día grande en el medio rural. Durante todo el invierno se respetaban los prados y ese día se soltaba el ganado a pastar por ellos. El equilibrio del hombre del campo con sus ganados y su tierra era perfecto, existía respeto, convivencia, un vinculo muy especial con la madre naturaleza, esos hombres realmente eran hijos de ella, nacidos de un terrón de tierra fecundado por una tormenta providencial de primavera. A ellos o sus descendientes actuales, a vosotros, súbditos ignorados, sometidos siglo tras siglo de guerras perdidas contra aves de rapiña, heladas, sequías y usurpadores, cambiad las armas, dejad los arados, desconfiad de todo pájaro que se acerque a vuestros sembrados y de cualquier lobo con patas de cordero que ronde vuestro ganado. Tampoco pongáis a la zorra al cuidado de las gallinas, que aunque cordero parezca se pintan sus patas de blanca harina, como en el cuento. A vosotros, pastores de laderas, de esos que visteis antes el antifaz de una churra que la cara a vuestro padre, no empleéis vuestras cayadas en las churras, más bien emplearlas en depredadores que merodean vuestros rebaños robándoos ilusiones y plato de comida en vuestra mesa. Y, sobre todo, buscar el equilibrio con vuestra madre la Tierra, no la sobreexplotéis, el futuro está ahí, el vuestro, el de vuestros hijos, el mio, el de mis hijos, el de todos.
¡VIVA SAN ISIDRO!
7 comentarios:
¿ Sabes, Esca, que San Isidro además del patrón de agricultores podría ser el de los estrategas?.
A él se le atribuye un papel crucial en la Batalla de Las Navas de Tolosa, cuando advirtió a Alfonso VIII de un paso seguro que los almohades no vigilaban: el Puerto del Rey y Salto del Fraile, evitando la trampa tendida por An-Nasir.
Un abrazo
Entiendo el nivel de integración que debería haber entre el hombre y la naturaleza. Y lo echo en falta.
Será coherente llamar evolución a lo que ha hecho el hombre a la Tierra? O deberíamos llamarlo involución? O, tal vez, lo que le ha hecho no tiene nombre?
!Ay! Si San Isidro levantara la cabeza...
Un abrazo, des de la urbe.
Que entrada tan preciosa Esca, lo que dices tiene mucho valor. Ojalá todo el mundo sintiera así.. eso si que era vivir!
Un besote
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Comentando vuestros comentarios,cuando era mas joven pensaba en un futuro donde las maquinas suplantaran al hombre en sus trabajos de mas esfuerzos requirieran y a vivir con esa mentalidad ,pero todo eso nos suprero´y hemos pasado a ser exclavos de ese progreso y tecnologia,me doy cuenta que no somos capaces de decir basta ya ,que estamos en un circulo vicioso donde nuestra calidad de vida se convierte en trabajar mas para rodearnos de mil cosas superfluas en su mayoria,que dejan una cagada para el planeta en residuos porque no evolucionamos al ritmo de esa tecnologia actual, De escendentes de productos tirados al vertedero,con sus consiguientes costes de produccion innecesarios,pagados por todos por supuesto y es que nos venden la moto del progreso pero sin el manual de funcinamiento,direis ¿y entonces?la sociedad , yo creo que se debe ser rica pero con mentalidad de pobre
Un saludo Esca
Curioso tu relato, Esca. En una primera parte añoras el equilibrio hombre/naturaleza. En una segunda parte llamas la atención a tus/sus súbditos sobre los peligros de los "acechantes" que andan sueltos.
En un último párrafo vuelves al hilo inicial, haciendo hincapié en el equilibrio original.
¿Y sobre tu comentario anterior?
No te quitaré ni una coma, Esca. Lo suscribo entero.
Salu2
Señor Paco Torralba,lo de subditos es porque el hombre del campo siempre a estado siempre superditado a causas ajenas a el ,cuando no la sequia,son las heladas y cuando no´inteviene el tiempo,son los carroñeros y demas alimañas y creo que sabras a quien me refiero y si creo que el futuro esta´en el origen pero aplicando tecnicas actuales las generaciones futuras nos lo agradeceran,
un saludo Esca
Aprendi mucho
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