A veces, las cosas no son tal y como las vemos, sino como las queremos ver, este sábado volví a navegar por el valle del río Pirón, pequeño río en el que en sus aguas viven bermejas, cachos, alguna que otra trucha y ranas que croan al sol, creando sinfonías acompañadas por grillos y demás bichos que sin partitura llenan nuestros sentidos de campo. Según me acerco paseando a la cueva de la Vaquera -¿estoy soñando o mi imaginación me hace buenas jugadas?-, veo críos junto a sus madres semivestidos con pieles o algo así pero parece que ellos me ignoran o no me ven, ellos a lo suyo, parece que estén recogiendo la pesca de sus trampas, estas parecen estar hechas de mimbre como en forma de embudo. Mientras los críos, alentados por sus madres, no dejan de coger lo que se les pone a mano, cangrejos, ranas, nidos de pájaros, no es un grupo numeroso, son siete niños y tres madres, una de ellas lleva otro niño junto a su cuerpo en una especie de hatillo y en otra de ellas su embarazo es evidente. Se ve al grupo muy vivo, los críos son muy pequeños pero parecen alimañas moviéndose entre el agua, arbustos, zarzas y demás. ¡Que habilidad tienen cogiendo ranas! No se separan mucho de las mujeres y les llevan lo que cogen, una de ellas lo mete en un zurrón negro colgado de su cuerpo. Río abajo les dejo a lo suyo mientras me acerco a la cueva de la Vaquera analizo la escena vivida pero apenas lo asimilo, cuando me encuentro a unos cincuenta metros de la boca de la cueva, no la recordaba así tan al descubierto esa entrada. ¡Estarán los arqueólogos! !Pero que veo! Unos diez hombres y algunos más jóvenes empiezan a subir la ladera dirección a la entrada de la cueva, visten pieles como los que encontré en el río pescando y llevan un ciervo o algo así los dos primeros de la comitiva colgado por un palos largos, sera mejor no acercarme, algunos llevan también palos largos como armas, desde donde estoy veo bien todo, los noto muy contentos y alborotados y a su encuentro salen más críos, mujeres que les abrazan y, un poco mas retrasados, mujeres ya muy mayores y ancianos que levantan su palo en el que se apoyan para andar en señal de victoria. ¡Madre mía, no puede ser verdad lo que estoy viviendo!
- Esca son solo las nueve de la mañana ¿y en ese estado? Recapitulando, amoto, camino desde Torreiglesias, río Pirón, día de la romería de Santiaguillo que celebran los de Torreiglesias en la ermita rupestre, siiiiiiii esa que esta enfrente de la Vaquera, despierta ya-
- !Ufff! menos mal a mi otro Yo que me coloca en mi tiempo. Pues eso, lo que yo decía, alegría, algarabía, cánticos, celebración. ¿A caso ha cambiado tanto la historia?



Ermita de Santiaguillo



Momentos después de la misa, los asistentes bajan al prado prestado por los de Losana para ese día, pues a la coplilla me remito: Los moros de Losana /quien lo creyera /que cambiaron el santo / por la pradera.



El santo, una talla de madera, se trae momentos antes de la misa desde Torreiglesias, a donde es devuelto terminada esta. Me cuentan que cierto año bajándolo desde Torreiglesias en un remolque tirado por un tractor, junto con los músicos de ese año, al pasar las cuestas junto al caserío de Covatillas, volcó el remolque esparciendo ladera abajo tanto a los músicos como a la talla de Santiaguillo.


Devuelto Santiaguillo a Torreiglesias, dicen que terminada la celebración, cuando el valle se quedó desierto de gente, apareció por allí el Tuerto del Pirón, famoso bandolero por estas tierras y allí, en la cueva de la Vaquera, hizo lo propio con sus amigos, agasajándolos con un cordero asado por una boda que no pudo ser, la suya. Digo yo que de quien sería el cordero, antiguamente los bandoleros tenían ética, sería de la marquesa de Covatillas, no de ningún pobre.


Tal día como hoy, 25 de julio, las riveras del Pirón junto a su ermita de Santiaguillo no huelen a prados resecados por sol de Julio, tampoco a fresnos, ni chopos peinadas sus hojas por las suaves brisas de viento que recorren el valle y el croar de ranas y trinar de pájaros, abundantes en la zona, son acallados con más o menos fortuna por esa música y gentío que fundidos con esos aromas nos hace que sea un día diferente en este paraje olvidado durante todo el resto del año.

CANCION POPULAR A SANTIAGUITO

Cuando desde mi pueblo vengo a la ermita
Se me hace cuesta abajo la cuesta arriba
Y cuando bajo, leré, y cuando bajo
Se me hace cuesta arriba la cuesta abajo
Y cuando bajo, leré, y cuando bajo
Se me hace cuesta arriba la cuesta abajo.

No sé, no sé que tiene Santiago Apóstol
No sé, no sé que tiene aquí en el Soto
Que nos convoca, leré, todos los años
En este mes de julio para rezarlo,
Que nos convoca, leré, todos los años
En este mes de julio para rezarlo.

El Valle del Pirón con la Vaquera,
La fuente Covatillas y las laderas,
Tienen al lado, leré, lo más bonito
La gruta y la ermita de Santiaguito,
Tienen al lado, leré, lo más bonito
La gruta y la ermita de Santiaguito.

Perdona a los que un día en su ceguera
Nos cambiaron al santo por la pradera.
Tenían entonces, señor, por más cuidado
Procurar alimentos para el ganado
Tenían entonces, señor, por más cuidado
Procurar alimentos para el ganado.

Pedimos hoy al Santo que nos permita,
Volver a visitarle aquí en la ermita
Que desde el pueblo, leré, le veneramos
Y en Torreiglesias fieles, no le olvidamos.
Que desde el pueblo, lere, le veneramos
Y en Torreiglesias fieles, no le olvidamos.


¡VIVA SANTIAGUILLO !