Aun recuerdo mis pequeñas temporadas que pasaba en el pueblo de Fuentesauco de Fuentidueña con mi abuela y mi abuelo. Vivían en una parte alta del pueblo, desde allí se divisaban todos los tejados del pueblo, pero sugerente y altiva entre todos emergía la torre de la iglesia en el centro del pueblo.
Los aromas de la mañana fresca al levantarme y asomarme al pueblo se mezclaban con el roble recién cortado y traído del monte, la tierra húmeda por el rocío de la mañana y el humo de esas cocinas y glorias que empezaban a caldear las casas, inundaba los tejados con una ligera bruma, pero lo mas entrañable era oír el latir del pueblo, esas campanas llamando a misa de mañana, el toque del Ángelus a las doce en punto o ese toque entrecortado, lánguido y respetuoso, como al compás de los últimos suspiros del que iban a honrar camino al cementerio. Ya en mi pueblo, los latidos nos anunciaban la función del pueblo mientras nos poníamos guapos, los latidos se aceleraban por momentos, la misa, la procesión con los dulzaineros, los danzantes, la comida en familia, el baile, las peñas. En otras ocasiones, las menos, el latir era presuroso, desencajado, como llamando a voz en grito ¡fuego fuego tenéis fuego!, una vivienda del pueblo se quemaba, no hubo ningún muerto pero que triste quedarse sin hogar, los latidos no dejaron de sonar mientras no se apago. En mi pueblo esas campanas nos hicieron latir generación tras generación desde el siglo XVII, un día se las llevaron, allá por los años setenta, dejándonos en su lugar unas de chapa, cruel destino el que dijeron, la fundición.
Yo espero que estén colocadas en otro lugar y que sigan latiendo los de ese lugar como latieron con ellas en mi pueblo Cozuelos de Fuentidueña.
Detalle de una campana de las que oyeron muchas generaciones atrás y entre otras cosas anunciarían en estos últimos siglos misas, bodas, bautizos, incendios, fiestas y acompañarían lastimosamente en su ultimo recorrido al difunto al cementerio.Yo espero que estén colocadas en otro lugar y que sigan latiendo los de ese lugar como latieron con ellas en mi pueblo Cozuelos de Fuentidueña.
Cozuelos de Fuentidueña, puerta de entrada a la torre, tan angosta que solo permite la subida o bajada de una persona al mismo tiempo.
7 comentarios:
hola! "TIO ESCAYO"¿sabes quien soy?.enhorabuena por tu blog y permiteme decirte,que te falta poner la pila de sebulcor y quetu cmentario sobre el pueblo me recuerda mi niñez en el mio, asi como los inolvidables momentos que pasamos comentando ese tipo de cosas en el bar despues de una tarde de espolio,"gracias por recordarmelo"
Bueno Antonio si te vas animando al rollo blogero ya sabes donde encontrarnos y ya me mandaras alguna historia para ponerla por aquí. El Antonio para que lo sepan todos estuvo en la guarderia del Parque de las Hoces de Duraton unos cuantos años en sus pricipios de ser declarado como parque natural,era ya un animalejo más,lo dejó todo por amor y se fué a Madrid ciudad que odiaba, hasta ese tiempo pasamos como dice aquel "muy buenos ratos"cuando nos juntamos(en el pueblo por supuesto)recordamos esos ratos entre cuevas,pedruscos ,botaderas y demas naturaleza viva entre las que se encuentran unas cuantas cervezas en compañia de alguna que otra zorra (la Petrita) y bajo esas estrellas del cielo del Duraton alguna más que el cielo de Madrid creo,algun dia contaremos por estos lares alguna hazaña de aquellas un saludo Antonio de este que te aprecia "Que tiempos la hostia"
Bonito homenaje/oda a las/tus campanas, Esca. Muy bonito...
ola tio esca!!soy tu hijo sergio solo decir que es un blog mu bonito por dios.eres el tio mas marchoso del medio lebante español sobre todo cuando te tomas unas rubias.
gracias a los dos por vuestros comentarios
Soy el que habla de Perosillo en otro lado...
Cozuelos es un pueblo magnífico. Solía ir mucho en bici por los caminos, pasando por el molino de Potricos, por supuesto.
Hace unos años que no voy ni a Perosillo, pero no será por falta de motivos de fuerza mayor el volver a a ambos pueblos.
Me han contado de una charca que hay o había hace no muchos años en los alrededores de Cozuelos. No sé ni dónde queda... y no son las fuentes Piojas esas.
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